jueves, 19 de mayo de 2016

LA HISTORIA Y LA ORTOGRAFÍA


LA HISTORIA Y LA ORTOGRAFÍA

MÉJICO
                                


MÉXICO
                               




MÉJICO o MÉXICO


MÉCSICO o MÉGICO

VEAMOS UN POCO LA HISTORIA DE ESTE PAÍS
El primer nombre con que se designó al conjunto de territorios descubiertos y conquistados por Hernán Cortés y sus aliados desde 1521, fue el de:

“LA NUEVA ESPAÑA DEL MAR OCÉANO”

Este apelativo fue sugerido por Cortés, al Emperador don Carlos I de España, en su Tercera Carta de Relación, escrita en la villa de Coyoacán. La razón que dio Cortés era:
                  “Por la semejanza de sus paisajes y clima con la Vieja España”


MESHICO-TENOCHTITLÁN


He aquí, el nombre original indígena de la capital del Reino de Moctezuma: 

Meshico-Tenochtitlán, que seguiría siendo el centro de la Nueva España, a lo largo de tres centurias, y que con el tiempo llegó a ser: "LA CAPITAL DEL MUNDO” apelativo que le daban los novohispanos del siglo XVII. Por encontrarse en el lugar equidistante entre los dos océanos: El Pacífico o Mar de Sur y el Atlántico o Golfo de México. Y ser paso obligado de los viajeros que iban desde la Península Ibérica a las Islas Filipinas y viceversa.
  
DISCUSIÓN O REFLEXIÓN

Entre las muchas cosas y actitudes incomprensibles para la sana lógica; que tiene el “mecsicano” común; hay una primordial:

Se trata de la grafía y pronunciación del nombre de su país y el patronímico correspondiente. ¡Nada menos!

Según la Historia, como hemos visto; este país nació llamándose la “Nueva España del Mar Océano” y llegó a comprender, a fines del siglo XVIII,  inmensos territorios del Norte y del Centro del continente americano. Desde Alaska hasta Centroamérica.

Ahora bien; su ciudad capital seguiría siendo llamada con el nombre que le habían impuesto sus fundadores paganos del siglo XIV; como Meshico-Tenoshtitlan (Tenustitán, Temistitán, etc. etc.)

Durante los tres siglos del Virreinato, el nombre de la ciudad de México  se escribió con “x” pero siempre refiriéndose a la capital de Nueva España, y a los nativos de la capital, se les llamaba mexicanos.

Nunca, durante los casi tres siglos del Virreinato, se mencionaron los territorios de la Nueva España como MÉXICO o MÉJICO y menos a sus habitantes se les llamó, como mexicanos o mejicanos, sino como novohispanos.

También, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, la pronunciación de la letra equis (X) en nuestro idioma castellano fue cambiando o si se quiere evolucionando, desde el sonido (sh) suave, como lo escribieron Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo en las palabras Meshico-(Mexico) y meshicano-(mexicano) o la pronunciación (gs) como en dexar, abaxo, debaxo, vox, quexa, Alexandro, Xerxes. Hasta hasta llegar al sonido (cs) más fuerte, en las palabras como: “extremo, próximo, anexo, extenso, etc. etc. y en otras (g) o (j) como: dejar, gemir, etc.

Pero, hacia finales del siglo XVIII, la letra X tenía un doble sonido: Por un lado el sonido (cs) y por otro el sonido fuerte (gj) de la letra jota actual (J). Había confusión y ninguna regla fue implementada.

LAS COSAS VAN A CAMBIAR ENTRANDO EL SIGLO XIX

Los territorios de la otrora Nueva España fueron “bautizados” por los revolucionarios novohispanos rebeldes al gobierno de la Corona Española de principios del siglo XIX, con el nombre de su capital: LA CIUDAD DE MÉXICO.

Grave error impuesto dictatorialmente, porque muchos no querían el apelativo natural de novohispanos, y por ello se refirieron a todos territorios de la Nueva España y a ellos mismos, con el apelativo de MÉJICO o MEJICANOS, como aparece en muchos de los documentos a partir de 1820. 

SON PUES, LOS LIBERALES, YA MODERNIZADOS QUIENES ESCRIBIERON MÉJICO CON EL SONIDO MODERNO DE LA LETRA “JOTA”. 

Como la x tenía en la segunda mitad del siglo XVIII, una pronunciación muy variable; podemos suponer que México se pronunciaba ya “Méjico”, aunque, por costumbre, se seguía escribiendo “México”.
Los propios gobernantes liberales y los historiadores de 1840-50 se dieron cuenta de ese error y comenzaron a escribir sus documentos: Méjico y mejicanos, como era la pronunciación natural de sus habitantes. Ya nadie pronunciaba Méshico, ni Mégsico.

He aquí la portada de un libro de esos años.



INCONGRUENCIAS

A ninguno de los fundadores de las nuevas naciones americanas separadas del Imperio Español de principios del siglo XIX, se les ocurrió llamar a sus nuevos países independientes con el mismo nombre de sus RESPECTIVAS CIUDADES CAPITALES. Salvo la República de Guatemala, que a imitación de los mexicanos lo hizo así.
A nadie en su sano juicio, se le hubiera ocurrido nombrar: Paris a toda Francia; Madrid a toda España, Berlín a toda Alemania; Londres a toda Inglaterra, Moscú a toda Rusia, Tokio a todo el Japón; Río Janeiro a todo el Brasil; Bogotá a toda Colombia, Buenos Aires a toda Argentina, etc. etc.

Los pensadores mexicanos, los filósofos y las personas que suelen meditar, aunque sea de manera superficial, sobre lo que sucede con las palabras México o Méjico, no han tocado este tema, precisamente, por falta de profundidad en su pensamiento o por desinterés en la materia.
Entonces, hay que preguntarnos: ¿Por qué fue así?  A guisa de investigar esa razón, hemos encontrado ciertas pruebas en documentos anteriores al levantamiento de los insurgentes rebeldes a la Corona Española.

Y para sorpresa de muchos, la respuesta está en los individuos que proyectaron la separación de la Nueva España del Imperio Español, a fines del siglo XVIII. Estos sujetos han sido los republicanos anglo-norteamericanos. Quienes crearon la Doctrina político-religiosa del “DESTINO MANIFIESTO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA” para destruir, confundir y sujetar a la población novohispana, y arebatarle sus territorios, quitarle esa riqueza, para que en lo futuro, no se organizara en una nación fuerte e independiente. Y en la correspondencia con sus protegidos los revolucionarios liberales mecsicanos escribieron con la letra x, pronunciada “cs”: Mécsico y mecsicanos, y también confundiendo el Virreinato de la Nueva España con una nueva República que se llamaría Mecsico. (1)





(1)  Don Agustín de Iturbide el padre de la nación mexicana independiente, se asemeja en mucho al fundador de la Nueva España; Hernán Cortés. Porque ambos, eran adalides de los valores eternos de la hispanidad, valores mismos de la civilización cristiana. Creó el Imperio Mexicano (escrito con “x”) Concepto de nación proyectada como una monarquía católica y aristocrática, adalid de la Hispanidad americana y que a partir de la Independencia nacería la nación Mexicana y los habitantes de cualquier parte de su geografía se llamarían mexicanos, no nada más los habitantes de su capital, la ciudad de México.
LA LETRA (X) EN NUESTRA LENGUA CASTELLANA.

Actualmente, dice la “Nueva Enciclopedia Sopena”, refiriéndose a la vigésima sexta letra del abecedario español:

“Antiguamente, la letra (X) representó dos sonidos: uno doble compuesto de la (K) o de la (G) suave junto a la (S): (KS) o (GS), y otro simple igual al de la (CH) francesa: Meshico o meshicano. Que hoy conserva en algunos dialectos como el bable (dialecto asturiano). Después tuvo valor de jota (J): Actualmente, solo tiene el sonido de (CS), como texto, extremo, léxico, xenofobia, xenofilia, anexo, etc. etc.”   
 
Como hemos visto, en la Enciclopedia de la lengua española Sopena, nos dice tajantemente: “Después tuvo el valor de jota”.  Pero no dice más, sin referirse a las fechas aproximadas de esa pronunciación. Actualmente la letra (X) sólo tiene el sonido de (CS).
Por lo tanto, los mejicanos del siglo XXI pronuncian el nombre de su país: MÉJICO, pero los escriben “México”. Y a sus nativos los llaman mejicanos, pero escriben el gentilicio “mexicanos” con x (cs). A todas luces se trata de una incongruencia, y muy grave.
Ya durante el siglo XVIII en sonido de la equis era como jota, pero también  ciertas palabras se escribían con (x) y se pronunciaban (cs).
Ejemplos: “que no haya dexado a la justa libertad y sencillez del lenguaje, etc. Reflexione pues mi lector estos exemplos, “dixese”, “influxos”, “exército”, “reflexione” “expresar, “máximo”.


En esa misma época se decía “dejado”, “reflexión”, “ejemplos”, “dijese”, “influjos”, “ejército”. “expresar” y “máximo” (conservan, hasta hoy, su pronunciación y su grafía).

CONCLUSIÓN

El error de pronunciación y grafía de las palabras México, Méjico; mexicano y mejicano, sigue en pie con la correspondiente confusión mental de los propios mejicanos. Pero, no han llegado todavía, filósofos y filólogos que puedan resolver de una vez por todas estas discrepancias.
Solamente, la costumbre de cometer diariamente este error, ha desembocado en apuntar, que se trata de una excepción a las reglas del alfabeto castellano. ¡Y creemos que así queda y quedará por mucho tiempo, por el desinterés de los propios mejicanos o mecsicanos para resolver la cuestión!

Aunque lo lógico sería escribir el nombre del país y su gentilicio, como se pronuncia en nuestro idioma castellano o español:

¡MÉJICO Y MEJICANOS!

LUIS OZDEN. Abril de 2016.